Sin duda cuando vi este título me dispuse a leer el artículo que preparó hace unas semanas Amy Lewin en Sifted, ya que me intrigó mucho esta aseveración tan contundente 

Siempre hemos sabido los que estamos en el mundo de VC que el trabajo de los emprendedores es muy arduo y sujeto a muchos vaivenes. Siempre he pensado que los emprendedores son gente muy especial y dotada, ya que deben tener muchísima claridad en su propósito y mucha resiliencia para salir adelante, y solo muy pocos logran ser exitosos. 

Amy basa su artículo en una entrevista que realizó a más de 150 emprendedores para concluir que 49% de ellos claudicarán en este año, y donde expone a grandes rasgos las razones para que esto suceda.  

La encuesta ocurre en un momento arduo ya que han transcurrido cerca de 2 años de sequía de recursos, mayores cuestionamientos de inversionistas y despidos después de la exuberancia vivida en 2021. 

La encuesta arroja que los emprendedores están exhaustos, sobre estresados y con pocos recursos económicos. Altos porcentajes de ellos han visto afectada su salud mental (45%), altos niveles de stress (85%) y ansiedad (75%). Algunos explican que solo viven para resolver problemas, y que ya no tienen balance de vida e inclusive ya no tienen dinero para mantenerse ellos o sus familias.  

Sin duda el stress relacionado con el proceso de levantamiento de recursos, el desbalance en la vida personal-familiar y la presión de llevar a la empresa a break even o rentabilidad les están pasando una importante factura. 

Me ha llamado poderosamente la atención que, en estas épocas difíciles, los emprendedores encuentran pocos hombros para consolarse, y donde la familia y seres queridos son su principal apoyo. Algunos (41%) recurre a un coach y sólo (13%) a sus inversionistas. Según expresan pareciera que en tiempos difíciles en lugar de recibir apoyo de sus inversionistas y de su Board, reciben más bien mucha presión.  

En realidad, no me sorprende lo que los emprendedores han revelado en esta encuesta. Han enfrentado una realidad difícil en los últimos años, con niveles significativos de agotamiento personal, familiar y económico. A pesar de ello, espero que la tasa de deserción sea menor de lo expresado, y que los inversionistas contribuyan en lo posible para ayudar a estos valientes emprendedores a alcanzar sus metas y construir un mundo mejor.