Imagina necesitar atención médica urgente y descubrir que no hay suficientes médicos, ni camas disponibles. Este es el crudo escenario que enfrentan millones de personas en Latinoamérica, donde los sistemas de salud pública, históricamente deficientes y más gestionados, dejan a una gran parte de la población desprotegida y vulnerable a enfermedades y complicaciones evitables.
Esta situación no solo impacta la calidad de vida, sino que también repercute en la economía, al aumentar los costos asociados con el tratamiento de enfermedades prevenibles.
En México, por ejemplo, hay solo 2.4 médicos por cada 1,000 habitantes, en comparación con los 3.4 que tienen los países de la OCDE. Además, la disponibilidad de camas hospitalarias en México es de 1 cama por cada 1,000 habitantes, mientras que en los países de la OCDE el promedio es de 5.1 camas. Estas estadísticas ponen en evidencia la vulnerabilidad del sistema de salud en la región.
Además, la falta de medicamentos es un problema constante, intensificado por la corrupción, problemas logísticos y la insuficiente financiación. La dependencia de importaciones de medicamentos encarece los tratamientos y limita el acceso a los mismos, lo que da como resultado en un sistema de salud ineficiente y desigual.
Las enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, son responsables de más del 70 % de las muertes en América Latina. Factores de riesgo como el consumo de tabaco, la inactividad física, el consumo nocivo de alcohol y una dieta poco saludable exacerban este problema.
A pesar de estos desafíos, el sector salud en Latinoamérica ofrece oportunidades únicas para la innovación y la inversión. En 2023, la inversión en Healthtech por parte de fondos de capital de riesgo (VC) alcanzó los 131.5 millones de dólares, según datos de LAVCA, aunque con una caída del 33% respecto a 2022. No obstante, la oferta pública inicial de 360 millones de dólares de Grupo Auna en la bolsa de Nueva York en 2024, que incluye hospitales y clínicas en México, Perú y Colombia, marca una tendencia positiva para el sector.
Nuevas empresas han surgido en áreas como la telemedicina y la gestión de salud digital. Sin embargo, la adopción de tecnologías digitales en salud enfrenta barreras culturales significativas. Aunque la pandemia de COVID-19 aceleró la transición hacia lo digital, aún queda mucho por hacer para integrar plenamente estas tecnologías.
El sector salud en América Latina enfrenta desafíos significativos, pero también ofrece oportunidades únicas para la innovación e inversión. La inversión, y en particular los fondos de capital de riesgo (VC), pueden desempeñar un papel crucial en el apoyo a nuevas tecnologías y modelos de negocio que mejoren la calidad y accesibilidad de los servicios de salud en la región, beneficiando a las más de 650 millones de personas.
Autor Sergio García