LAVCA Q2 2025: tendencias de VC en Latinoamérica

Hace unos días tuvimos la oportunidad de participar en un Summit organizado por Clocktower Ventures en California. Desde antes de viajar sabíamos que sería una experiencia distinta a los eventos a los que solemos asistir en Latinoamérica. No solo por la audiencia —predominantemente sajona—, sino también por la naturaleza de los temas, que apuntaban a un enfoque más global y con una clara mirada desde el capital en Estados Unidos. 

El evento, sin duda, fue espectacular y superó las expectativas; debo confesar que, como anticipábamos, pudimos escuchar diálogos de gran altura entre participantes muy relevantes, en torno a temas de tecnología e inteligencia artificial (IA). Sentí, además, que estas charlas se desarrollaban mucho más a nivel macro —“a nivel del bosque”— y menos a nivel del detalle —“a nivel del árbol”—, que es quizá lo que había encontrado con más frecuencia en otros eventos recientes a los que asistí. 

¿A qué me refiero con hablar a nivel del bosque? Bueno, en este caso, las discusiones sobre IA fueron de alto nivel, ya que tocaron temas como: (i) la hegemonía y el liderazgo entre EE.UU. y China en el desarrollo de la tecnología, la producción de chips y los avances en quantum computing; (ii) debates en torno al machine learning y la robótica, junto con la preocupación de en qué momento las máquinas podrían desplazar a los humanos, incluso en ámbitos militares; (iii) la IA generativa y qué tan pronto podría desarrollar capacidades semejantes a las humanas —razonar y aprender nuevas tareas sin entrenamiento previo—; (iv) la eficiencia del gasto en IA y la posibilidad de monetizarla evitando que se genere una burbuja de inversión; y (v) la relevancia de contar con fuentes de generación eléctrica confiables y accesibles para sostener el funcionamiento de los grandes centros de datos. 

En muchos otros foros previos, las conversaciones habían girado principalmente en torno al uso práctico de la IA y su adopción: los riesgos de desplazamiento de los humanos, casos de emprendedores que la emplean para hacer más eficientes sus procesos, o iniciativas para desarrollar agentes que faciliten el onboarding de clientes y mejoren la experiencia de usuario. En suma, diría que esas charlas pertenecen más a la categoría de discusiones “a nivel del árbol”. 

Sin duda, a nivel práctico, mi aprendizaje de la semana pasada fue el siguiente: con el advenimiento de la IA, hoy tenemos como individuos el reto de mantenernos actualizados sobre sus capacidades y posibles usos cotidianos —ya sea en tareas personales o en la manera en que puede eficientar nuestro trabajo profesional y el de la empresa—, pero al mismo tiempo debemos estar atentos a lo que ocurre a nivel del bosque, porque el avance de todo esto es vertiginoso. 

Habrá que cuestionarnos cuánto tiempo dedicamos cada semana a reflexionar sobre estos temas tan relevantes. 


Por: Octaviano Couttolenc

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