Recién regreso de la Colombia Tech Week y no puedo evitar sentir una mezcla de admiración y, sí, de esa “envidia de la buena”. El viaje me dejó sorprendido por la manera en que Colombia logra articular de forma tan coherente y vibrante su ecosistema emprendedor.
México, país donde resido y que le guardo un cariño profundo, tiene sin duda un ecosistema que ha crecido de forma significativa. Incluso, en el último reporte de la LAVCA, México recibió más financiamiento en el Q2 2025 que Brasil. Sin embargo, al mirar con más detalle, surge una reflexión: en México el ecosistema se ha desarrollado más por inercia de mercado que por un esfuerzo coordinado para atraer capital y fortalecer emprendedores. Nuestro tamaño y atractivo natural hacen que muchos fundadores argentinos, colombianos, chilenos y de toda la región establezcan aquí sus operaciones. Pero todavía nos falta construir un ecosistema articulado y sostenido.
Colombia Tech Week: un ecosistema en movimiento
Durante dos semanas y media, la Colombia Tech Week desplegó actividades en Medellín, Cali, Barranquilla y Bogotá. En la capital asistí a un evento que llamó particularmente mi atención: el GoFest.
Un edificio de seis pisos donde conviven todos los actores del emprendimiento: universidades, aceleradoras, incubadoras, la Cámara de Comercio de Bogotá como patrocinador principal, empresas apoyando con stands, startups mostrando sus productos, conferencias abiertas… y todo esto con entrada gratuita.
Lo impresionante no es solo la magnitud, sino la diversidad y el alcance: el emprendimiento estaba en la radio, en los Ubers, en las calles. Todo el país respiraba innovación. Ese nivel de visibilidad y apertura es fundamental para sembrar la semilla del emprendimiento en más personas, no solo en quienes ya están cerca del venture capital.
Más allá del Venture Capital
Como fondos de VC solemos recibir únicamente la “punta del iceberg”: los emprendedores que ya lograron destacar y de cierto nivel. Pero para que esa punta exista, es necesario un trabajo previo, construir la materia prima. Eventos como este, permiten que miles de personas tengan su primer contacto con la innovación y el emprendimiento, creando un círculo virtuoso que alimenta talento, proyectos e inversiones.
A mi parecer, Colombia entiende que el emprendimiento no solo es un tema de atraer fondos de inversión, sino un pilar para impulsar la innovación del país, y me atrevo a decir que otros países como Chile y Brasil están en la misma sintonía.
La experiencia me hizo reflexionar, guardando sus debidas proporciones, a lo que pienso sucede en Silicon Valley, donde todo gira en torno al emprendimiento, la tecnología y la innovación. Esa energía termina siendo contagiosa: vivir en un entorno donde todo gira en torno al emprendimiento hace que tarde o temprano uno, se anime a emprender, a innovar, a crear.
Hay una frase que me vino constantemente a la mente: “De un pensamiento salen acciones, de las acciones hábitos, de los hábitos conductas, y de las conductas surge la personalidad.”
Trasladado al emprendimiento, cuando la sociedad vive y respira emprendimiento, tarde o temprano aparecen más startups, más talento, más innovación, más capital, y con ello un país más próspero.
El reto mexicano
En México contamos con un ecosistema poderoso y un mercado atractivo, pero aún falta tejido articulado.
La Colombia Tech Week fue una lección inspiradora de cómo se genera movimiento. Ojalá podamos tomar ese ejemplo para acelerar el potencial que México ya tiene, y convertirlo en un ecosistema aún más vibrante, diverso y transformador.
Quiero cerrar agradeciendo a los organizadores de la Colombia Tech Week y a quienes hicieron posible mi participación. Gracias a Rockstart, Endeavor, ALIVE, Davivienda, entre muchos otros.
Por: Juan Pablo Marichi