Como es bien sabido, desde que Donald Trump llegó a la presidencia de Estados Unidos, los conflictos comerciales con varios países comenzaron a escalar. El 2 de abril incluso lo llamó el “Día de la Liberación”, cuando anunció una serie de aranceles dirigidos a diferentes países.
Ese mismo día, los mercados públicos reaccionaron con pánico: las bolsas cayeron y desde entonces ha reinado la incertidumbre.
Aunque el impacto en las bolsas fue inmediato, la historia es diferente en el mundo de las empresas que no cotizan en bolsa —como las startups y compañías respaldadas por fondos de Venture Capital (VC) o Private Equity (PE). Ahí los efectos son más sutiles… pero no menos importantes.
Riesgos para el mundo startup y el capital privado
Sin tratar de ser exhaustivo, aquí algunos puntos clave que vale la pena considerar como posibles riesgos de este sector:
Aunque aún sea temprano para decir, específicamente la región de Latinoamérica podría beneficiarse en cierto sentido. Con EE. UU. buscando depender menos de China (Principal enemigo de USA), surge una oportunidad para el nearshoring: traer de vuelta cadenas de producción más cerca del mercado estadounidense. Esto abre la puerta para que startups latinoamericanas que ofrecen principalmente soluciones logísticas, industriales o de manufactura se vuelvan aliadas estratégicas.
La guerra comercial no es solo un problema de diplomacia o geopolítica. También impacta directamente a las empresas privadas, desde el acceso a capital hasta su crecimiento y sus valuaciones. Y aunque los efectos no se sientan de golpe, tarde o temprano llegan.
Por eso, vale la pena seguir de cerca el tema comercial y relaciones geopolíticas. Lo que hoy parece una noticia internacional más, mañana podría ser la razón por la que una startup decida no levantar una nueva ronda… o cambia su estrategia por completo.
Por: Sergio García