La humanidad se quedará lejos de los objetivos de los ODS al 2030

A casi la mitad del camino para llegar al 2030, he visto a muchos autores ser críticos sobre lo que la humanidad ha conseguido de cara a los ODS. Pareciera que, vistos los resultados, se cumpliría el dicho de Norman Vicent Peale, “If you want to reach the moon, aim for the stars”. Es decir, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están muy lejos de haber sido cumplidos; se estima un logro del 65% de los mismos. Sin embargo, ha habido muchos avances, y quizá haya que celebrar, que se ha incrementado el nivel de consciencia en buena parte de los gobiernos a nivel mundial, de sus empresarios e inversionistas institucionales e inclusive ciudadanos; sobre este proceso de responsabilidad compartida. 


Me quedo con el titular, que en 1990 había 1.9 mil millones de personas en extrema pobreza y para 2015 este número se había reducido a casi la mitad, 836 millones, y hoy en día se acerca a 674 millones, los cuales aún son muchos, pero el avance es muy relevante. 


Me ha gustado mucho leer un libro escrito por Bjørn Lomborg, titulado “Best things first”, donde resume el trabajo impulsado desde el “Copenhagen Consensus” sobre la relevancia de establecer prioridades claras en políticas públicas para combatir la pobreza en el mundo. Reconoce que hay muchos temas por resolver, pero siempre hay recursos escasos, de ahí la relevancia de establecer prioridades. En su opinión, los ODS representaban demasiadas promesas al buscar incidir en 169 objetivos en 17 temáticas. Considerando los avances y tendencias actuales, nos llevaría quizá hasta el 2078 a alcanzarlos, es decir, 30 años en países desarrollados y quizá 100 años después en los subdesarrollados. 


Con todo lo anterior, Bjørn y los equipos de expertos proponen impulsar políticas que ofrezcan los mejores beneficios al menor costo, evitando aquellas que ofrezcan lo contrario. Por ello, se atreve a recomendar una metodología de costo-beneficio para seleccionar políticas. Incluso va más allá al sugerir 12 políticas que proporcionen al menos 15 dólares de beneficio por cada dólar de inversión, con el objetivo de maximizar la reducción de muertes y los beneficios económicos.

  

Entre sus recomendaciones me gustaría destacar únicamente 6 de ellas que me parecen esenciales: 1.) salud materna y de los recién nacidos, 2.) combate a enfermedades prevenibles (tuberculosis y malaria), 3.) combate a enfermedades crónicas, 4.) vacunación infantil, 5.) mejor educación (resultados no gasto), y 6.) y reducción de corrupción vía licitaciones electrónicas. 


En mi opinión, esta lista pareciera bastante evidente y quisiera yo pensar que cualquier gobierno, sin importar sus colores o afiliaciones, debiera buscar, dirigir su gasto social para paliar los efectos de estas carencias. Es inadmisible que en sociedades como la nuestra no se haya vuelto esto una prioridad por derecho constitucional y una obligación de cualquier gobierno de combatirla sin poder modificarla a su gusto. No importa el nivel de polarización que exista, o si somos de derechas o izquierdas, los programas públicos deben enfocarse con eficiencia y sin descanso a resolver las necesidades de los más desfavorecidos. 

Autor Octaviano Couttolenc 

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