La importancia de los equipos

Conforme un emprendimiento va evolucionando, sus requerimientos técnicos, financieros y de talento son distintos. Para este ejercicio, y con fines meramente pragmáticos, vamos a definir las etapas de acuerdo con las rondas de levantamiento de capital:

Pre-Seed: en esta etapa generalmente sólo están los emprendedores, tienen una idea que, creen, puede ser exitosa y empiezan con el desarrollo del producto (bien o servicio) a ofrecer. Se concentran en proyecciones y requieren de mucha proactividad y habilidades robustas de comunicación que les permitan convencer a inversionistas de esa etapa que su visión tiene futuro.

Semilla: los emprendedores ya lograron convencer a algunos inversionistas y tienen el capital necesario para contratar a un par de personas más y desarrollar su prototipo. En este momento su producto es algo “tangible” y necesitan encontrar inversionistas que los acompañen en el lanzamiento al mercado. En esta etapa se requiere conocimiento técnico para desarrollar el producto y habilidades comerciales para convencer a posibles clientes de hacer las primeras pruebas. Generalmente, los fondos que entran en esta etapa exigen la constitución de un Consejo de Administración. 

Serie A: el equipo ha crecido, el mercado “aceptó” la propuesta y lo reflejó adquiriéndolo/contratándolo, en el equipo de Impact Ventures PSM consideramos un buen market fit la venta de 1 millón de dólares. Y es en este momento cuando toca escalarlo, el equipo tendrá que crecer y los problemas serán otros, pero la rentabilidad está cerca y también el crecimiento acelerado. Para esta etapa es clave la capacidad de delegar y humildad para reconocer los puntos débiles de los fundadores, deberán escoger los perfiles adecuados de las personas claves del equipo que ayuden a profesionalizar la compañía, fortaleciendo las áreas (finanzas, comercial, recursos humanos, administración, legal) de la compañía con integrantes que estén comprometidos y alineados con el propósito y cultura del emprendimiento.  

Serie B y posteriores: el producto core está consolidado y generando buenos resultados. Los emprendedores están buscando formas de diversificar el ingreso de la compañía y continuar innovando, ya sea a través de nuevos productos o la expansión a otras geografías. Los recursos de esta ronda son para financiar dicha diversificación y los emprendedores buscan inversionistas que sean especialistas en el tema. En este momento, delegar y escuchar es crítico; manejar equipos con la humildad suficiente de saber que hay personas que saben más que ellos en todas las áreas y que, para seguir creciendo, deberán tener flexibilidad de pensamiento y acción para convertirse en generalistas, en pocas palabras, lograr pasar de un perfil táctico y de mucho ejecutar a uno estratégico de más planeación que acción.

Si hay algo claro es que las diferentes etapas exigen diferentes tipos de cualidades a los emprendedores, aunque al final todas tienen una constante: liderazgo y resiliencia. Y es este liderazgo y manejo de personas el que vuelve crítica la selección de los miembros del equipo.

En su libro “From Good to Great”, Jim Collins nos habla de cómo en las 11 empresas analizadas está la constante de “tener a la gente correcta en los lugares correctos del autobús”. Y es que contar con el equipo de personas adecuado da la oportunidad de generar una cultura que favorezca la discusión y autoanálisis, la responsabilidad y proactividad, el alineamiento de metas y, sobre todo, la capacidad de ejecutar de acuerdo con las necesidades de la compañía. Cualidades que se deben ir agregando, mediante perfiles correctos, al liderazgo de las empresas conforme van avanzando las etapas. 

Uno de los retos más grandes que enfrentamos como inversionistas en Impact Ventures PSM es entender y conocer las cualidades y características de los fundadores, así como la capacidad real y libertad de acción del equipo. 

Por las necesidades enlistadas en las etapas Pre-Seed y Semilla, generalmente los emprendedores se convierten en grandes story tellers, capaces de convencer a cualquiera de lo bien que va el negocio y la capacidad de ejecutar para cumplir las necesidades de la compañía y las exigencias de los inversionistas. Y aunque la gran mayoría de las veces están en lo correcto, no debemos renunciar a comprobarlo con su equipo: no es lo mismo liderar un equipo de 5 personas que hacerlo cuando la compañía está creciendo, no es igual responder ante inversionistas en etapa temprana que conocen el riesgo de financiar una idea que hacerlo con inversionistas institucionales que exigen resultados de acuerdo con lo proyectado.

Parte clave en la institucionalización de un proyecto es la capacidad de los emprendedores de identificar sus áreas de oportunidad y traer talento capaz y comprometido con el proyecto para cubrirlas, escuchar a los inversionistas y poder escuchar nuevos puntos de vista y formas de abordar los problemas.

Finalmente, todo se reduce a escoger las personas correctas y colocarlas en el lugar correcto del autobús para, en conjunto, recorrer exitosamente el viaje del emprendimiento.


Autor Miguel I. Gallo

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